Se vieron postales hermosas el sábado por la tarde en la
cuarta edición de la Marcha del Orgullo Disidente en Paraná. Dos pibes
marchando de la mano, dos pibas chapándose mientras escuchaban el Ensamble de
voces y percusión de la Facultad de Ciencias de la Educación. Un montón de
banderas multicolores. Chicas en tetas y chicos con sus torsos radiantes de
glitter desafiando a esa pacatería rancia que todavía perdura en esta ciudad.
Decenas, cientos de miradas pícaras, de sonrisas cómplices.
Mientras la gente iba llegando a la Plaza 1º de Mayo, donde
se hizo la concentración, y después en la Plaza Alvear, donde culminó la marcha
y se hizo el Festival, Telaraña preguntó
a algunes participantes qué significado tiene para elles la Marcha del Orgullo
Disidente. Aquí las respuestas:
Natali, 29 años. Venir
a la marcha para mí implica visibilizar las disidencias sexuales
Gabriel, 31 años. Visibilizar
y poder plantarnos ante tanta represión y ante este gobierno neoliberal que
elimina derechos.
Marce. Para mí
la marcha es orgullo, orgullo de ser
libre y orgullo de ser.
Sebastián, 38 años. Estoy
muy orgulloso de estar acá y de ver tanta gente joven.
Tobías, 35 años. Creo que es un deber también para todo
ciudadano gay LGTB venir a apoyar y a pelear por nuestros derechos.
Juani, 29 años. Es ese momento del año en que nos reunimos con todos los
de nuestra comunidad y es específicamente para nosotros.
José, 32 años. Un momento donde podemos expresar todo
lo que somos.
Diego, 28 años. Demostración de la condición
humana y lo más básico que tiene, que es poder amar, poder querer, poder
respetar al otro.
Juan Manuel, 36 años. Apoyar a todos los compañeros, compañeras y
compañeres.
Documento
La columna recorrió las calles más céntricas de la capital
entrerriana y culminó en la plaza ubicada detrás de Casa de Gobierno. Allí se
leyó el documento elaborado por la asamblea organizadora de la marcha
(integrada por variadas entidades y organizaciones) y después se desarrolló un
festival con diversas actuaciones y performances.
En el documento las activistas denunciaron que hubo 60 travesticidios
en el país durante 2019. Y recordaron a “Loba” (Lucía Torres Mansilla, 35 años,
asesinada a cuchillazos en julio) y a “Nicky” (Jésica Benavídez, de 33 años,
muerta en Paraná a fines de enero). “¡Presentes ahora y siempre!”, gritaron.
El cupo trava fue pedido para varias ciudades y también
exigieron la implementación de la educación sexual integral (ESI) “con
perspectiva de género que visibilice a las sexualidades e identidades
disidentes” en todas las escuelas. “ESI
para decidir, disfrutar y crecer en libertad”.
Hubo duras proclamas contra el ajuste neoliberal de Macri y
el FMI y también demandas para la separación iglesia del Estado.
La dirigencia local no quedó al margen de los reclamos. Al
intendente de Paraná, Sergio Varisco, le exigieron la reincorporación de
trabajadores despedidos arbitrariamente y le cuestionaron las modificaciones
que dispuso en la reglamentación del cupo laboral trava trans en Paraná. Y al
gobernador Gustavo Bordet lo consideraron responsable –junto a la Ministra de
Gobierno Rosario Romero– por el asesinato de Gabriel Gusman a manos de la
Policía en Barrio Capibá. “¡Basta de violencia institucional!”, expresaron.
Escuchá acá el momento de la lectura del documento: